Estábamos como preparando una cena y en eso veo que mi hermano tenía una nueva adquisición; era una antena satelital especial y que costaba alrededor de 400 mil y también había adquirido un televisor LCD de alrededor de 40 pulgadas o más y comentábamos acerca de si ¿valía la pena gastar tanto en esas cosas?.
Después era como que mi casa estaba en una esquina de la calle y la gente veía como yo preparaba el alimento.
Después aparecí con un hermano en la fe en unas rocas y veíamos un acantilado a la orilla del mar y unas olas empezaban a entrar y tratar de taparlas; por seguridad salimos de ahí y miramos a la playa y ya había subido demasiado la marea pero la gente lo veía como algo normal.
En eso, miramos hacia el mar y venía una ola gigantesca, de más de 30 metros que rompía muy adentro y de color café.
Era en extremo grande la ola y la gente la veía y comenzaba a correr, también lo hacíamos nosotros nos subimos a los árboles y avanzábamos de árbol en árbol.
Y ví mi ropa tendida al sol y mire a ver si podía llevármela pero decidí que no, después me di cuenta que no avanzábamos muy rápido por los árboles y nos bajamos y nos encontramos con dos mujeres que estaban lavando ropa y no se habían dado cuenta que había tsunami y no me salía la voz para advertirles y tuve que hacer el gesto con las manos y miraron hacia el mar y comenzaron a correr. En eso, miramos hacia el mar y venía una ola gigantesca, de más de 30 metros que rompía muy adentro y de color café.
Era en extremo grande la ola y la gente la veía y comenzaba a correr, también lo hacíamos nosotros nos subimos a los árboles y avanzábamos de árbol en árbol.
En eso miro al cielo hacia el lado opuesto del mar y veía una nube oscura, era una plaga de saltamontes; en eso desperté muy conmocionado por el tamaño de la ola y por el nivel de la desolación que ocurriría; sentía que todo eso sucederá porque la gente se olvidó de Dios.
Fabián
Iquique-Chile
Fuente: rugeelleondelatribudejuda
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