Me encuentro en mi casa y algo me dice que viene la ola grande entrando por Bayamón.
Camino hasta la puerta de mi casa y la abro y veo como la gran ola viene con furia y arrastraba todo lo que estaba en su camino.
Camino hasta la puerta de mi casa y la abro y veo como la gran ola viene con furia y arrastraba todo lo que estaba en su camino.
Veo como esta ola viene arrastrando un camión de bomberos que viene hacia mi casa y le digo “¡ahh, Jehová, tu dijiste que a los tuyos tu cuidarías en este día, ten misericordia de mí!” y cerré la puerta.
Pero siento que las puertas, las ventanas fueron selladas y mi casa llevada dentro de un bunker; todo estaba oscuro porque no había luz y al encender una vela que iluminó toda mi casa, pude ver que esta está dentro de ese lugar y que alrededor tenía anaqueles (armarios) con variedades de alimentos enlatados.
Y, hermanos yo llevo guardando alimentos y visitando diferentes iglesias dando talleres de cómo envasar alimentos en las pailas (baldes). Yo he hecho provisión pero aun con todo eso el Señor me había bendecido con más provisión.
Luego que siento que todo esto había pasado, abro las ventanas de mi casa y las puertas; y salgo a la calle de mi casa a mirar cómo había quedado todo y vi como las casas de cristianos verdaderos habían sido guardadas, pero, los que no lo eran, habían colapsado.
Yo Salí hacia afuera y comencé a dar gracias a Jehová por guardarnos y alabar su nombre y junto conmigo salieron los que fuimos guardados y hacíamos lo mismo dar gracias y alabar a Dios.
Mientras hacíamos esto íbamos curando heridas de personas que estaban en la calle tirados con heridas muy graves pero poníamos las manos y eran sanados y nos pedían “yo quiero conocer a ese Dios que tú le adoras”; pero otros gritaban “¡cómo ustedes se atreven adorar y a dar gracias al Dios que hace juicio, mira lo que ha hecho con nosotros!”, pero nosotros oíamos pero no nos entristecíamos era como si sus palabras no podían entrar a nuestro corazón y solo seguíamos dando gracias y adorando.
Pero mientras estas cosas hacíamos y pude ver que llevábamos unas vestiduras blancas y mientras más alabamos a Jehová mas íbamos subiendo hacia el cielo y mientras esto estaba pasando, es cuando yo me despierto con lágrimas en mis ojos. Yo Salí hacia afuera y comencé a dar gracias a Jehová por guardarnos y alabar su nombre y junto conmigo salieron los que fuimos guardados y hacíamos lo mismo dar gracias y alabar a Dios.
Mientras hacíamos esto íbamos curando heridas de personas que estaban en la calle tirados con heridas muy graves pero poníamos las manos y eran sanados y nos pedían “yo quiero conocer a ese Dios que tú le adoras”; pero otros gritaban “¡cómo ustedes se atreven adorar y a dar gracias al Dios que hace juicio, mira lo que ha hecho con nosotros!”, pero nosotros oíamos pero no nos entristecíamos era como si sus palabras no podían entrar a nuestro corazón y solo seguíamos dando gracias y adorando.
¡Cuán Grande es Dios que aun en medio de las adversidades Él se Glorifica y hace como quiere!.
Dios les bendiga y que estos sueños les ministre a sus vidas y que sea el Espíritu Santo tocando a todo aquel que lo lea.
Aún estamos a tiempo, si no conoces y quieres recibir a Jesús como tu único salvador; Si estás apartado vuélvete a Él, te está esperando y te recibirá nuevamente y te perdonará.
Sé que pronto no vamos a Casa a nuestra verdadera casa, juntos con Jesús.
María Collazo
de Bayamón, Puerto Rico
Fuente: RugeeleondeJuda
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