Tegucigalpa – El fantasma de crímenes pavorosos ha resurgido en Honduras al encontrarse los cuerpos de tres personas desembradas en Tegucigalpa y San Pedro Sula. Las víctimas fueron asesinadas con tanta saña y embaladas en bolsas plásticas, un patrón común en los casos.Los cadáveres de tres personas sin identificar, fueron encontrados este domingo en San Pedro Sula y Tegucigalpa, las dos principales ciudades del país.
El primer cuerpo fue encontrado en los bajos del puente Mallol, en la capital y pertenece a un hombre que fue hallado flotando en las aguas del río Choluteca, envuelto en una bolsa color blanco.
Miembros del Cuerpo de Bomberos rescataron el cadáver y cuando quedó al descubierto la imagen fue macabra, la víctima estaba fragmentada al punto que resultó casi imposible admitir que se trataba de un humano.
Los otros dos cuerpos desmembrados fueron hallados en una zacatera de la aldea El Carmen de San Pedro Sula y también presentaban las mismas características, estaban envueltos en bolsas de nylon.
Al hecho que ocurrió en la norteña ciudad de Honduras, es que cerca de los cuerpos desmembrados se encontró un letrero que decía "no más extorsionadores".
El año anterior, al menos cinco cadáveres despedazados fueron encontrados en distintos puntos Tegucigalpa y de acuerdo a la Policía de Investigación, el ajuste de cuentas habría sido el principal móvil de esos crímenes.
En Honduras ese tipo de crímenes marcan una pauta y con ello, la población, por más espeluznante que sea el hecho, muestra indiferencia y poco se inmuta, lo que para analistas es algo peligroso pues el país se encamina a una peligrosa decadencia.
¿Y la operación Relámpago?
A los últimos crímenes se suman las fosas clandestinas que marcan otra era de involución, en un país marcado por la alta criminalidad.
La salud mental de los hondureños se agrava frente a una violenta realidadPara el analista y columnista, Horacio Elvir Rojas, la delincuencia y la criminalidad, se viene ensañando en este país, de tal manera que la sociedad honrada ya no soporta el exterminio y devastación que están cometiendo los antisociales patrocinados por el narcotráfico, el crimen organizado, pandilleros, mareros, secuestradores, asaltantes, atracadores y extorsionadores, que, según testimonios divulgados, en muchos casos, están íntimamente confabulados con cuadros de la Policía Nacional.
Para este observador, la sociedad hondureña ya no soporta estar oyendo y leyendo en los medios de comunicación masiva, las trágicas masacres, incendios y asesinatos que se registran en los presidios nacionales, donde diariamente aparecen reos brutalmente asesinados o ahorcados, lo mismo que las tendaladas de muertos enterrados en cementerios clandestinos, que personas particulares encuentran masacrados en carreteras, caminos, calles y en sus hogares.
“¿Dónde están las órdenes emanadas por el presidente de la República, Porfirio Lobo y el ministro de Seguridad Pública, Pompeyo Bonilla, para que la Operación Relámpago cumpla su cometido de combatir en todos sus flancos a la delincuencia?”, se pregunta Elvir Rojas.
Pérdida de la salud mental
Por su parte, el especialista en psiquiatría Javier Uclés, considera que la salud mental del hondureño se ha perdido producto de la crisis generalizada, la violencia, la corrupción y la impunidad.
Indicó que la ola de violencia y los crímenes macabros, generan negativismo, tristeza, frustración y los temores en el pueblo hondureño.
En ese sentido, Uclés recomienda reorientar las actitudes, dejar a un lado la indiferencia, acercarse a Dios y animarse para corregir todo lo que sea necesario.
¿Cuáles son los resultados de la operación Relámpago?, cuestionan analistas
Y es que en Honduras, en 2010 los homicidios superaban los 70 por cada 100,000 habitantes, pero a finales de 2011, la cifra llegó a 81.5 por cada 100,000 habitantes a causa de la operación de bandas delictivas en todo el territorio nacional en complicidad con miembros de la Policía, la debilidad del Poder Judicial y el Ministerio Público en la investigación y castigo de los criminales.
Frente a esta creciente ola de violencia, diversos sectores de la sociedad siguen exigiendo al presidente Lobo, la intervención y depuración de la Policía Nacional.
En el contexto de ese triste panorama analistas se preguntan: ¿qué inversionista nacional o extranjero se atrevería a invertir en Honduras, a sabiendas que en el país reina la inseguridad y la impunidad?
Los hilos de la cocaína
Honduras es un país que forma parte de la América Central, su ubicación geográfica es un paso obligado para el tránsito de la droga que circula hacia Estados Unidos. Hasta hace algún tiempo, el territorio era utilizado para almacenar temporalmente la droga, la cual posteriormente era enviada preferentemente por la vía marítima, hacia las costas de la Florida o para alguno de los países de las Antillas.
La ola de violencia y los crímenes macabros, generan negativismo, tristeza, frustración y los temores en el pueblo hondureño, dice experto.
El primer cuerpo fue encontrado en los bajos del puente Mallol, en la capital y pertenece a un hombre que fue hallado flotando en las aguas del río Choluteca, envuelto en una bolsa color blanco.
Miembros del Cuerpo de Bomberos rescataron el cadáver y cuando quedó al descubierto la imagen fue macabra, la víctima estaba fragmentada al punto que resultó casi imposible admitir que se trataba de un humano.
Los otros dos cuerpos desmembrados fueron hallados en una zacatera de la aldea El Carmen de San Pedro Sula y también presentaban las mismas características, estaban envueltos en bolsas de nylon.
Al hecho que ocurrió en la norteña ciudad de Honduras, es que cerca de los cuerpos desmembrados se encontró un letrero que decía "no más extorsionadores".
El año anterior, al menos cinco cadáveres despedazados fueron encontrados en distintos puntos Tegucigalpa y de acuerdo a la Policía de Investigación, el ajuste de cuentas habría sido el principal móvil de esos crímenes.
En Honduras ese tipo de crímenes marcan una pauta y con ello, la población, por más espeluznante que sea el hecho, muestra indiferencia y poco se inmuta, lo que para analistas es algo peligroso pues el país se encamina a una peligrosa decadencia.
¿Y la operación Relámpago?
A los últimos crímenes se suman las fosas clandestinas que marcan otra era de involución, en un país marcado por la alta criminalidad.
La salud mental de los hondureños se agrava frente a una violenta realidadPara el analista y columnista, Horacio Elvir Rojas, la delincuencia y la criminalidad, se viene ensañando en este país, de tal manera que la sociedad honrada ya no soporta el exterminio y devastación que están cometiendo los antisociales patrocinados por el narcotráfico, el crimen organizado, pandilleros, mareros, secuestradores, asaltantes, atracadores y extorsionadores, que, según testimonios divulgados, en muchos casos, están íntimamente confabulados con cuadros de la Policía Nacional.
Para este observador, la sociedad hondureña ya no soporta estar oyendo y leyendo en los medios de comunicación masiva, las trágicas masacres, incendios y asesinatos que se registran en los presidios nacionales, donde diariamente aparecen reos brutalmente asesinados o ahorcados, lo mismo que las tendaladas de muertos enterrados en cementerios clandestinos, que personas particulares encuentran masacrados en carreteras, caminos, calles y en sus hogares.
“¿Dónde están las órdenes emanadas por el presidente de la República, Porfirio Lobo y el ministro de Seguridad Pública, Pompeyo Bonilla, para que la Operación Relámpago cumpla su cometido de combatir en todos sus flancos a la delincuencia?”, se pregunta Elvir Rojas.
Pérdida de la salud mental
Por su parte, el especialista en psiquiatría Javier Uclés, considera que la salud mental del hondureño se ha perdido producto de la crisis generalizada, la violencia, la corrupción y la impunidad.
Indicó que la ola de violencia y los crímenes macabros, generan negativismo, tristeza, frustración y los temores en el pueblo hondureño.
En ese sentido, Uclés recomienda reorientar las actitudes, dejar a un lado la indiferencia, acercarse a Dios y animarse para corregir todo lo que sea necesario.
¿Cuáles son los resultados de la operación Relámpago?, cuestionan analistas
Y es que en Honduras, en 2010 los homicidios superaban los 70 por cada 100,000 habitantes, pero a finales de 2011, la cifra llegó a 81.5 por cada 100,000 habitantes a causa de la operación de bandas delictivas en todo el territorio nacional en complicidad con miembros de la Policía, la debilidad del Poder Judicial y el Ministerio Público en la investigación y castigo de los criminales.
Frente a esta creciente ola de violencia, diversos sectores de la sociedad siguen exigiendo al presidente Lobo, la intervención y depuración de la Policía Nacional.
En el contexto de ese triste panorama analistas se preguntan: ¿qué inversionista nacional o extranjero se atrevería a invertir en Honduras, a sabiendas que en el país reina la inseguridad y la impunidad?
Los hilos de la cocaína
Honduras es un país que forma parte de la América Central, su ubicación geográfica es un paso obligado para el tránsito de la droga que circula hacia Estados Unidos. Hasta hace algún tiempo, el territorio era utilizado para almacenar temporalmente la droga, la cual posteriormente era enviada preferentemente por la vía marítima, hacia las costas de la Florida o para alguno de los países de las Antillas.
La ola de violencia y los crímenes macabros, generan negativismo, tristeza, frustración y los temores en el pueblo hondureño, dice experto.
Ahora la situación ha cambiado, los narcotraficantes pagan con droga los servicios que les proporcionan a hondureños quienes la distribuyen a las diferentes ciudades del país incrementando paulatinamente el consumo de este alucinógeno, principalmente en los jóvenes, lo cual está generando como consecuencia una descomposición social acelerada y el aparecimiento de crímenes espeluznantes.De tal suerte que la situación hondureña respecto a los avances del crimen se agudiza. Podría decirse que en zonas como el Aguán o en barrios de san Pedro Sula y zona de Francisco Morazán y Olancho, la delincuencia rebasa la acción estatal.
En los noticieros de televisión, en los periódicos digitales e impresos y hasta en las trasmisiones en vivo, cada día se contemplan cadáveres, personas que han caído en las calles, dentro de autobuses, en sus vehículos y en sus propias casas, víctimas de sicarios quienes les disparan desde autos y motocicletas en marcha.
Hay días más violentos que otros, hay fines de semana más sangrientos que otros, pero en Honduras todos los días hay muertes violentas. Es por eso que se ha señalado al país como uno de los más violentos del planeta, según Naciones Unidas.
Ante ese panorama, se debe exigir a las autoridades de Seguridad, fortalecer las medidas necesarias para frenar la ola turbulenta de violencia que no permite que los hondureños vivan tranquilos. Se habla mucho de paz y mucho de libertad, pero los ciudadanos hondureños no son libres, sus ataduras y temores al crimen y a la violencia generalizada les esclaviza…
En los noticieros de televisión, en los periódicos digitales e impresos y hasta en las trasmisiones en vivo, cada día se contemplan cadáveres, personas que han caído en las calles, dentro de autobuses, en sus vehículos y en sus propias casas, víctimas de sicarios quienes les disparan desde autos y motocicletas en marcha.
Hay días más violentos que otros, hay fines de semana más sangrientos que otros, pero en Honduras todos los días hay muertes violentas. Es por eso que se ha señalado al país como uno de los más violentos del planeta, según Naciones Unidas.
Ante ese panorama, se debe exigir a las autoridades de Seguridad, fortalecer las medidas necesarias para frenar la ola turbulenta de violencia que no permite que los hondureños vivan tranquilos. Se habla mucho de paz y mucho de libertad, pero los ciudadanos hondureños no son libres, sus ataduras y temores al crimen y a la violencia generalizada les esclaviza…
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