LONDRES -- El destructor HMS Dauntless, uno de los buques de guerra más modernos del Reino Unido, zarpó el miércoles del puerto inglés de Portmouth rumbo al Atlántico Sur, en medio de la tensión con Argentina por la soberanía de las Islas Malvinas.
El barco, cuyo despliegue fue anunciado por el gobierno el pasado enero, zarpó dos días después de que se cumpliese el 30 aniversario del comienzo de la guerra que libraron el Reino Unido y Argentina por las Malvinas, en la que casi 900 personas murieron, en su mayoría argentinos.
Numerosas personas, algunas con banderas británicas, se dieron cita en el puerto de Portmouth para decir adiós a la tripulación del Dauntless, uno de los seis nuevos destructores Tipo 45 de la Marina británica que está equipado con un avanzado sistema de navegación que hace difícil que pueda ser detectado por radar.
El gobernador británico de las Islas Malvinas dijo que espera que Argentina reduzca las tensiones en su disputa con Gran Bretaña por la soberanía del archipiélago.
El gobernador Nigel Haywood dijo el martes que las restricciones comerciales impuestas por Argentina están causando algunos problemas al complicar los envíos de alimentos y otras provisiones. Pero añadió que las islas son capaces de transportar bienes por aire y que aún tienen acceso a Brasil por vía marítima.
“Aún estoy decepcionado de que el tono que existe es de agresión hacia las Islas Malvinas y hacia el pueblo de las Islas Malvinas”, dijo Haywood. “No hemos hecho nada para que la situación suba de tono’’.
La presidenta argentina, Cristina Kirchner, calificó el miércoles de “acto de vandalismo” unos incidentes causados por manifestantes de ultraizquierda frente a la embajada británica el 2 de abril, día del 30 aniversario de la guerra con el Reino Unido por las Islas Malvinas.
Ese día manifestantes del Partido Comunista Revolucionario (maoísta) arrojaron bombas molotov y piedras contra los policías que custodiaban la sede diplomática en Buenos Aires, y los efectivos de seguridad respondieron con gases lacrimógrenos y chorros de agua lanzados desde carros hidrantes.
Gran Bretaña condenó esos incidentes y pidió que Argentina “siga cumpliendo con sus obligaciones definidas en la convención (de Viena, protección a las embajadas) y siga haciendo caer todo el peso de la ley contra todo manifestante que cometa actos delictivos”, según un comunicado de la cancillería.
Kirchner encabezó el lunes pasado en la ciudad de Ushuaia, extremo sur de Argentina, el acto central de recordación del 30 aniversario del conflicto bélico en el que murieron 649 argentinos y 255 británicos, en medio de una tensión diplomática por la disputa de soberanía en las Malvinas, ocupadas por el Reino Unido desde 1833.
El barco, cuyo despliegue fue anunciado por el gobierno el pasado enero, zarpó dos días después de que se cumpliese el 30 aniversario del comienzo de la guerra que libraron el Reino Unido y Argentina por las Malvinas, en la que casi 900 personas murieron, en su mayoría argentinos.
Numerosas personas, algunas con banderas británicas, se dieron cita en el puerto de Portmouth para decir adiós a la tripulación del Dauntless, uno de los seis nuevos destructores Tipo 45 de la Marina británica que está equipado con un avanzado sistema de navegación que hace difícil que pueda ser detectado por radar.
El gobernador británico de las Islas Malvinas dijo que espera que Argentina reduzca las tensiones en su disputa con Gran Bretaña por la soberanía del archipiélago.
El gobernador Nigel Haywood dijo el martes que las restricciones comerciales impuestas por Argentina están causando algunos problemas al complicar los envíos de alimentos y otras provisiones. Pero añadió que las islas son capaces de transportar bienes por aire y que aún tienen acceso a Brasil por vía marítima.
“Aún estoy decepcionado de que el tono que existe es de agresión hacia las Islas Malvinas y hacia el pueblo de las Islas Malvinas”, dijo Haywood. “No hemos hecho nada para que la situación suba de tono’’.
La presidenta argentina, Cristina Kirchner, calificó el miércoles de “acto de vandalismo” unos incidentes causados por manifestantes de ultraizquierda frente a la embajada británica el 2 de abril, día del 30 aniversario de la guerra con el Reino Unido por las Islas Malvinas.
Ese día manifestantes del Partido Comunista Revolucionario (maoísta) arrojaron bombas molotov y piedras contra los policías que custodiaban la sede diplomática en Buenos Aires, y los efectivos de seguridad respondieron con gases lacrimógrenos y chorros de agua lanzados desde carros hidrantes.
Gran Bretaña condenó esos incidentes y pidió que Argentina “siga cumpliendo con sus obligaciones definidas en la convención (de Viena, protección a las embajadas) y siga haciendo caer todo el peso de la ley contra todo manifestante que cometa actos delictivos”, según un comunicado de la cancillería.
Kirchner encabezó el lunes pasado en la ciudad de Ushuaia, extremo sur de Argentina, el acto central de recordación del 30 aniversario del conflicto bélico en el que murieron 649 argentinos y 255 británicos, en medio de una tensión diplomática por la disputa de soberanía en las Malvinas, ocupadas por el Reino Unido desde 1833.
Fuente:
http://www.elnuevoherald.com/2012/04/04/1170582/londres-cumple-promesa-y-envia.html
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