El país está a la espera de aprobar una Ley que permitirá "el coito de despedida".
Las mujeres de Egipto podían entrever una ventana para la igualdad en la revolución que les trajo la democracia el año pasado. Pero de momento, la batalla pasa por otro lado: ayer se manifestaron para pedirle al Parlamento (dominado por islamistas) que no apruebe una ley que tienen redactada y que permitirá a sus maridos tener relaciones sexuales con su cadáver una vez ellas hayan muerto. La ley lo considera un "coito de despedida" y, según una interpretación del Corán, otorga a los maridos egipcios hasta seis horas para llevarlo a cabo.
La cuestión la puso sobre la mesa un clérigo marroquí llamado Zamzami Abdul Bari y su peculiar interpretación del Corán, según la cual lo que se quiere transmitir con el acto necrofílico (decirle adiós a una compañera vital) es aceptable. Lo dijo en mayo de 2011 y desde entonces ha estado dando tumbos por la sociedad árabe hasta acabar en el Parlamento egipcio. Según Bari (famoso también por decir que las mujeres embarazadas podían beber alcohol), las féminas también pueden tener actos sexuales con los cadáveres de sus maridos.
"Esto es muy serio. ¿De verdad los que están escribiendo la Constitución egipcia se dedican a discutir estas cosas?", ha dicho Jaber al-Qarmouty, un famoso periodista y presentador, en su programa de televisión. "Esto es increíble. Darle a un marido un derecho semejante es una catástrofe. ¿Hasta ahí ha llegado la influencia islámica? ¿De verdad hay gente que piensa así?".
Pero esta polémica no es más que la punta de lanza del tratamiento que están recibiendo las mujeres en un país que está asentando los cimientos de su futuro. También les preocupa otra ley que baja a los 14 años la edad legal para contraer matrimonio (hablamos, pues, de matrimonio infantil), y que reducen sus accesos a la educación y al mercado laboral alegando motivos religiosos.
También se está planteando vetar una ley ya existente que permite a una mujer divorciarse sin permiso de su marido. Ahora se rigen por la Khula, la ley del divorcio islámica, que si bien ha reducido notablemente las dificultades de las esposas egipcias, tarda entre 10 y 15 años en dar por finalizada una separación. Los miembros islamistas del Parlamento acusan a estas leyes de "destruir familias" y piensan revocarlas.
De ahí la manifestación de ayer. Fue dirigida por la doctora Mervat al-Talawi, que está al frente del Consejo Nacional de Mujeres de Egipto y que aseguró que marginar y reducir el estatus de las mujeres en el futuro de Egipto dañará el desarrollo humano del país, aunque solo sea porque componen la mitad de la población. Es más, continuó, según la prensa egipcia lo que están haciendo los parlamentarios es destruir las pocas ganancias logradas por las féminas egipcias tras años de lucha organizada.
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