La nueva tecnología evitará que se confundan bebés y que se repitan casos como el de Cornelio y Edelmira, a quienes les entregaron un niño que no era el suyo.
Desde hace varios días Arnoldo Aval, el gerente del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS), no ha podido dormir tranquilo. La demanda que una pareja hizo porque les cambiaron a su bebé en la maternidad lo ha dejado preocupado. “No hubo Semana Santa para nosotros, nos quedamos a investigar qué podíamos hacer para mejorar”, explica.
De esa cuenta están ya en el proceso de implementar un chip con radiofrecuencia para proteger a los neonatos. El aparato funcionará así: en el momento del alumbramiento le colocarán al bebé el chip –en un brazalete o incluso en el cordón umbilical– con todos los datos de la madre.
Desde hace varios días Arnoldo Aval, el gerente del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS), no ha podido dormir tranquilo. La demanda que una pareja hizo porque les cambiaron a su bebé en la maternidad lo ha dejado preocupado. “No hubo Semana Santa para nosotros, nos quedamos a investigar qué podíamos hacer para mejorar”, explica.
De esa cuenta están ya en el proceso de implementar un chip con radiofrecuencia para proteger a los neonatos. El aparato funcionará así: en el momento del alumbramiento le colocarán al bebé el chip –en un brazalete o incluso en el cordón umbilical– con todos los datos de la madre.
Si se lo llegaran a quitar o si sacaran al bebé de la sala cuna, una alarma se activaría inmediatamente.
“Queremos tener el más riguroso de los controles”, asegura Aval, quien reconoce que, aunque el sistema no es perfecto, sí reduce las posibilidades de un cambio.“Es perfectible, no perfecto. Hasta la página de la CIA fue hackeada”, afirma.
Edelmira y Cornelio se dieron cuenta, un año después, de que en la maternidad del IGSS les entregaron un bebé que no era su hijo. Ahora, el Ministerio Público investiga qué sucedió e intenta encontrar a su hijo biológico.
La directiva del Instituto teme que ante la indignación que causó el caso muchos padres prefieran acudir a un sanatorio privado o a los hospitales públicos. Por eso quieren dejar claro que han tomado cartas en el asunto y que las posibilidades de que vuelva a ocurrir serán mínimas con el nuevo sistema que estará, aseguran, funcionando muy pronto. “La asociación latinoamericana de neonatología ha confirmado que de Puebla a Panamá nosotros tenemos uno de los mejores equipos de maternidad”, cuenta Aval.
Demanda
De momento la investigación está en reserva y poco se sabe de sus avances.“No podemos afirmar contundentemente nada”, dice Aval. “Tenemos presunciones que ya han sido puestas a disposición del MP. Nuestra aspiración es que se pueda quedar en un tema de negligencia, de una persona que no cumplió con todos los elementos que establecen los protocolos. Esa es la base de nuestras presunciones”, afirma.
Si es así, el médico o la enfermera que actuó con negligencia podría pasar hasta cinco años en prisión. Si un juez determina en cambio que la negligencia fue del Instituto, los padres podrían solicitar una indemnización. “Nosotros aspiramos al diálogo, al convencimiento, siempre nos mueve ese espíritu. Una vez planteado, ya veremos cómo afrontamos. Sin duda alguna una demanda es un golpe muy duro. Obviamente lo analizaremos, ojalá podamos conversar, ya veremos”, dice Aval.
Edelmira y Cornelio siguen a la espera de noticias de su niño, “que Dios cuide a mi bebé que todavía no conozco”, dice el padre, la madre vive la angustia de no saber dónde está su bebé y el miedo de separarse del que por un año ha querido como a su propio hijo.
Fuente:
http://www.elperiodico.com.gt/es/20120424/pais/211203/
“Queremos tener el más riguroso de los controles”, asegura Aval, quien reconoce que, aunque el sistema no es perfecto, sí reduce las posibilidades de un cambio.“Es perfectible, no perfecto. Hasta la página de la CIA fue hackeada”, afirma.
Edelmira y Cornelio se dieron cuenta, un año después, de que en la maternidad del IGSS les entregaron un bebé que no era su hijo. Ahora, el Ministerio Público investiga qué sucedió e intenta encontrar a su hijo biológico.
La directiva del Instituto teme que ante la indignación que causó el caso muchos padres prefieran acudir a un sanatorio privado o a los hospitales públicos. Por eso quieren dejar claro que han tomado cartas en el asunto y que las posibilidades de que vuelva a ocurrir serán mínimas con el nuevo sistema que estará, aseguran, funcionando muy pronto. “La asociación latinoamericana de neonatología ha confirmado que de Puebla a Panamá nosotros tenemos uno de los mejores equipos de maternidad”, cuenta Aval.
Demanda
De momento la investigación está en reserva y poco se sabe de sus avances.“No podemos afirmar contundentemente nada”, dice Aval. “Tenemos presunciones que ya han sido puestas a disposición del MP. Nuestra aspiración es que se pueda quedar en un tema de negligencia, de una persona que no cumplió con todos los elementos que establecen los protocolos. Esa es la base de nuestras presunciones”, afirma.
Si es así, el médico o la enfermera que actuó con negligencia podría pasar hasta cinco años en prisión. Si un juez determina en cambio que la negligencia fue del Instituto, los padres podrían solicitar una indemnización. “Nosotros aspiramos al diálogo, al convencimiento, siempre nos mueve ese espíritu. Una vez planteado, ya veremos cómo afrontamos. Sin duda alguna una demanda es un golpe muy duro. Obviamente lo analizaremos, ojalá podamos conversar, ya veremos”, dice Aval.
Edelmira y Cornelio siguen a la espera de noticias de su niño, “que Dios cuide a mi bebé que todavía no conozco”, dice el padre, la madre vive la angustia de no saber dónde está su bebé y el miedo de separarse del que por un año ha querido como a su propio hijo.
Fuente:
http://www.elperiodico.com.gt/es/20120424/pais/211203/
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