Cuando
él tenía apenas cinco años de edad, la abuela de Heyer comenzó a
vestirlo como si él fuera una niña, y aún le mandó a hacer un vestido
sólo para él. El resultado obtenido fue el de un chico muy confundido.
“Lo
miré hoy y parecía un tanto grosero. Mientras lucía a la vez muy
benigno, y todavía quizá con un aire festivo, hoy puedo ver… que deberás
resultó ser grosero para mi alma," declaró él a The Christian Post el
miércoles.
Pero sus luchas tempraneras no terminaron ahí. Temeroso
de la influencia de la abuela de Heyer sobre él, su padre se enfureció y
como resultado comenzó a tratarlo de manera diferente. Su madre era
joven e inmadura-tuvo dos hijos naturales antes de cumplir los 20
años-además de opresiva en cuanto a aplicarles disciplina. La situación
de Heyer con su abuela fue tomada por su tío como si fuese un chiste, y
luego abusó sexualmente de él cuando él aún era joven.
Transcurrido
un cierto tiempo, Heyer comenzó a preguntarse si él podría recibir un
mejor trato si realmente fuera una muchacha. El trató de enterrar esos
sentimientos, pero entre más se alejaba de los tales más comenzaba a
hacerse fantasías acerca de convertirse en una chica.
Para cuando
ya había alcanzado la edad de la adolescencia, la fantasía había
prácticamente crecido. Andrea West fue el nombre femenino que terminó
adoptando, y comenzó a vestirse como una chica. A la edad de 15 años
comenzó también a aprender acerca de la Cirugía de Reasignación de Sexo
(SRS, por sus siglas en inglés, conocida coloquialmente en español como
«operación de cambio de sexo») y aunque Heyer batallaba fuerte en contra
del deseo de ser una chica, él declara que tales sentimientos eran como
un radio a transistores encendido dentro de su cabeza, radio que
sencillamente él no podía apagar.
“Aunque yo no quería ir cuesta abajo en esa idea, me parecía estar ya
en esta ruta que no podía interrumpir, detener o cambiar,” recordó.
“Pero yo no era homosexual. Yo estaba teniendo citas con chicas, nunca
sentí ningún deseo de tener relaciones con hombres, por tanto desde el
punto de vista de mi sexualidad yo siempre fuí heterosexual."
Eso
también es, de hecho, uno de los falsos factores aquí. Muchas personas
catalogan a los transexuales como homosexuales, y según mi experiencia…
del 98 al 99 por ciento de la gente que me contacta no es homosexual...
Es en realidad un asunto ligado a identidad de sexo, no un asunto ligado
a preferencia sexual.
En medio de sus luchas, Heyer se casó y
tuvo dos hijos. Trabajó como ingeniero por un tiempo y alcanzó un
significativo éxito financiero.
“Sin embargo la dificultad que
tuve que encarar fue que no pude eliminar los conceptos o los
sentimientos," expresó. Se refugió en el alcohol para hacerle frente a
esos problemas, y con el tiempo todo en derredor de él y su vida misma
entraron en declive.
Tras 17 años de matrimonio, él y su esposa se
separaron. Además perdió su empleo cuando sus rasgos físicos comenzaron
a notarse a fin de convertirse en mujer. Consiguió que le pusieran
implantes de senos, comenzó a tomar hormonas, tratamiento con
electrólisis con el fin de reducir el vello facial y remoción quirúrgica
de sus genitales.
En su condición de mujer adulta, adoptó el nombre de Laura, y vivió con esa identidad por espacio de ocho años.
Luego
de estudiar Psicología mientras aún vivía su vida como mujer, no
obstante, sostiene que con el tiempo se dio cuenta que una persona no
puede en realidad cambiar el género con el que nació y que él estaba
siendo ilusorio. También más tarde averiguó que padecía un trastorno de
disociación así como un trastorno de personalidad múltiple como
resultado de su agobiante pasado.
“Ud. no ha nacido transexual,
algo pasó en su infancia que ocasiona que Ud. no desee ser lo que es,…y
hoy la única cosa que...socialmente es aceptable consiste en que Ud. se
llame a sí mismo transexual." señaló.
“No creo que esa sea una
descripción adecuada acerca de dónde la gente está. Son personas que
sufren de un trastorno de orden ilusorio que está para volverse muy
autodestructivo si, de hecho, dichas personas no consiguen una buena
consejería psicológica o ayuda psiquiatra durante ese proceso.”
Aunque
él vivía su vida como Laura, Heyer declara que él creyó en Cristo pero
luchó para que fuera aceptado en la iglesia. Recordó una iglesia a la
cual él asistía en donde él entró como mujer, pero el pastor le requirió
salir del lugar hasta una vez que sus problemas de identidad se
hicieron manifiestos.
No obstante, no todas las experiencias que él atravesó en lo relacionado a iglesias
fueron malas. Encontró una iglesia que le dio la bienvenida, aún cuando
se supo de las luchas internas que libraba. El pastor de dicha
congregación le dijo "Nuestro deber es amarte y es trabajo de Dios el
transformarte."
“Esa iglesia, lo que hizo por mí, me permitió
llegar deberás al punto donde yo le pedí perdón al Señor. Comencé a orar
por perdón. Y me di cuenta que el punto básico consiste en entender que
Ud. puede aceptar a Jesucristo, pero hay un punto en donde eso no se
vuelve real…no hasta que Ud. ya está caminando con Cristo," apuntó.
“Es
en la verdad real de que Cristo está vivo que descansa el hecho de que
Ud. ve una vida transformada. Y por lo tanto lo que pasó en mi vida es
que cuando finalmente...yo doblé mis rodillas y estaba lidiando con
estas cosas aún muchos años después de que yo había aceptado a
Cristo---probablemente de 10 a 15 años después que lo acepté a
él---cuando finalmente sentí que estaba suficientemente quebrantado como
hombre que doblé mis rodillas y oré.”
Expresa que hubo un día en
que él tuvo una visión mientras oraba juntamente con su psicólogo. Miró
al Señor Jesús recoger un bebé versión de él mismo, lo miró y dijo,
“Ahora tú estarás salvo conmigo para siempre.” A partir de ese entonces
él pudo sentir al Espíritu Santo moverse y guiarlo en su vida.
Hoy,
Heyer dice que ya no tiene luchas con asuntos de identidad de género y
usa su testimonio hablándolo abiertamente para respaldar a aquellos que
tienen luchas similares y contra aquellos que abogan por la cirugía de
reasignación de sexo como solución a los problemas de identidad de
género.
Un estudio sueco publicado en la web en febrero 2011
examinó a personas que se habían sometido a reasignaciones de sexo entre
los años 1973 y 2003, y encontró que el cambiarse el sexo puede tener
un significativo impacto negativo en las personas y no es una buena
solución a la crisis de identidad de género de una persona.
“Este
estudio encontró tasas de mortalidad en general substancialmente más
altas, decesos a causa de enfermedades cardiovasculares y suicidio,
intentos de suicidio, y hospitalizaciones psiquiátricas en individuos
transexuales con reasignaciones de sexo en comparación con un control
saludable de la población,” escriben los autores del estudio en su
conclusión. “Esto hace énfasis en el hecho de que los transexuales
post-cirugía caen en grupos de riesgo que requerirán seguimiento
psiquiátrico y somático a largo plazo.”
Heyer es el fundador de
sitios web tales como Sex Change Regret (Remordimiento en el Cambio de
Sexo) y True Trans Christians (Verdaderos Cristianos Transexuales), y es
el autor de varios libros afines tales como Trading My Sorrows
(Cambiando mis tristezas), y más recientemente, Paper Genders, que fue
publicado en Junio 2011.
El enfatiza en el hecho de que SRS es una
cirugía cosmética solamente, y que la misma es científica, médica y
quirúrgicamente imposible” para un hombre convertirse en realidad en una
mujer, pero también dice que otras personas necesitan mostrar compasión
hacia aquellos que están luchando con asuntos ligados a problemas de
género.
Hoy, Heyer está casado nuevamente, y dice que ha encontrado la felicidad al ser el género con el cual Dios lo creó a él.
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