viernes, 14 de diciembre de 2012

[Noticia] Israel no tiene opción.

 La dirigencia palestina, asistida por muchos gobiernos occidentales, ha violado todos los acuerdos que hizo con Israel. Una vez que los esfuerzos de dos décadas de negociaciones - incluyendo los compromisos irrevocables israelíes de ceder a la Autoridad Palestina el control sobre territorios, otorgarle sus propias fuerzas armadas, el desmantelamiento de asentamientos, y permitir miles de millones de dólares de ayuda extranjera para los palestinos - fueran destruidos; el mundo ha decidido desplazar la culpa hacia la aprobación de Israel para construir 3.000 apartamentos.


En 1993, Israel firmó un Acuerdo de Paz con la OLP con el objetivo de terminar con el conflicto palestino-israelí. El pacto, conocido como el Acuerdo de Oslo, incluye en el artículo 31 el siguiente párrafo:
"Ninguna de las partes podrá iniciar o realizar cualquier acto que cambie el status de Cisjordania y la Franja de Gaza; mientras se espera el resultado de las negociaciones sobre un estatus permanente".
Esencialmente, al declarar unilateralmente la existencia de una Palestina árabe, el mundo ha derogado el acuerdo.
Lo chocante no es sólo que sucedió esto; sino que no ha habido ni siquiera una discusión y mucho menos una vacilación por parte de decenas de países al destruir un acuerdo que hasta ese momento habían apoyado. De hecho, un estudio de la historia del acuerdo demuestra claramente que la parte palestina impidió que el pacto tuviera éxito, evidentemente, al permitir y perpetrar continuamente actos de terrorismo y rechazar las ofertas israelíes de un Estado palestino con capital en Jerusalén Oriental, tanto en la Cumbre de Camp David, en el año 2000, como durante la subsiguiente oferta transmitida por el presidente Bill Clinton a finales de ese año.

Ahora bien, hay ciertas implicaciones en esa movida. Estoy completamente consciente de que prácticamente nadie en una posición de poder en el mundo occidental se preocupa por estas implicaciones; pero es necesario recordarles a ellos y a otros lo que recientemente han hecho. Y al menos, el público occidental debe saber cómo se ve todo esto desde la perspectiva israelí, una información que a menudo es negada por completo o distorsionada por los medios de comunicación.

- Han recompensado a la parte que se negó a firmar la paz.
- Han recompensado a la parte que rechazó la oferta de un Estado y, en cambio, busca la violencia, alentando el asesinato de civiles israelíes.
- Han quitado el marco sobre cuya base Israel hizo numerosas concesiones riesgosas, como dejar que cientos de miles de palestinos entren en Cisjordania y la Franja de Gaza, establezcan un gobierno; obtengan miles de millones de dólares, erijan organizaciones militares que han sido utilizadas para atacar a Israel, establezcan escuelas y otras instituciones que instan y educan hacia la destrucción de Israel, y una larga lista de otras cosas.

Como resultado de estas concesiones, los terroristas han adquirido capacidad para atacar a Israel. Hoy en día, Hamás y sus aliados pueden disparar miles de cohetes contra Israel. Israel ha pagado por el acuerdo de 1993; y la Autoridad Palestina solamente ha tomado lo que ha querido.
Abbas Zaki, un miembro del Comité Central de Fatah, es uno de los muchos que han declarado que los Acuerdos de Oslo han dejado de existir. ¿Qué es lo que entonces regula la situación y las relaciones de los palestinos con Israel?
Nada.
No existe, por ejemplo, ninguna base para afirmar que la parte palestina ha reconocido - y mucho menos aceptado - la existencia de Israel. De hecho, la "solución de un solo Estado" es diariamente abogada por los líderes palestinos.
Sin embargo, la indignación del mundo está reservada para el anuncio de Israel de que tres mil viviendas serán construidas en tierras reclamadas por el Estado judío en Cisjordania, todas construidas en asentamientos cuya existencia, hasta que se llegue a un acuerdo bilateral, han sido aceptadas por la OLP y la Autoridad Palestina. Por cierto, en varias ocasiones las decisiones de las juntas de zonificación israelíes que autorizan la construcción en el futuro provocan una histeria global sugiriendo que las topadoras que ingresarán la semana próxima. Tal vez si la Autoridad Palestina habría hecho las paces esos edificios nunca se habrían construido en pocos años.

Más allá de si el anuncio de la construcción fue o no una buena idea, el hecho es que esta no es la mayor indignación sobre lo que acaba de ocurrir. La decisión es una señal de que si la parte palestina, o incluso en el mundo, no va a reconocer lo que era en efecto un tratado - contrario a la práctica internacional - y en favor de la parte que violó el tratado - incluso aún más contrario a la práctica internacional -, Israel no va a quedarse sujeto a la interpretación de dicho documento por parte de aquellos que lo han destrozado.

Una vez más, lo importante aquí no es quejarse sobre la injusticia de la política internacional, la hipocresía de aquellos involucrados, y el doble rasero aplicado contra Israel. Esta es la realidad de la situación y debe ser el punto de partida para considerar qué es lo que se debe hacer.
Lo que importa es hacer lo que sea necesario para preservar la seguridad nacional de Israel e ignorar en la mayor medida de lo posible cualquier cosa que la subvierta.

¿Qué es lo que la experiencia nos ha enseñado? Sencillamente esto: La prioridad de la dirigencia palestina no es conseguir su propio Estado - han perdido muchas
oportunidades para hacerlo - sino conseguir una victoria total. No importa cuánto usted piense que es racional para ellos tratar de tener un país que viva para siempre en paz al lado de Israel, desarrollando su economía y su cultura, y reinstalando a los refugiados fuera de los campamentos. Ellos no piensan así. Y eso es todo lo que importa.

Conseguir un Estado de ese tipo sólo es aceptable para la dirigencia de la Autoridad Palestina, y aún más para Hamás, si sirve para promover aquel objetivo. Incluso si la moderación ofrece recompensas materiales; ellos prefieren la militancia. Pero después de todo, el sufrimiento - incluso auto infligido - les trae enormes beneficios políticos.

¿Qué es lo que el comportamiento del mundo nos ha enseñado? Muy simplemente esto: Nada de lo que podamos hacer será suficiente. Si Israel aceptara sin condiciones un Estado palestino a lo largo de las fronteras de 1967, con su capital en Jerusalén oriental; la Autoridad Palestina exigiría a Israel que admita a todos los palestinos que lo deseen y tengan un antepasado que vivió allí antes de 1948, plenos derechos de votación y todos los otros. Y entonces, ¿qué haría la ONU?
¿Qué es lo que la diplomacia nos ha enseñado? Que la otra parte no respetará sus compromisos asumidos y que quienes garantizan esos compromisos no cumplirán su palabra. Y luego se quejará de que Israel no toma más riesgos, cede más concesiones, y se defiende con demasiada energía.
Bueno, así es como son las cosas y de alguna manera han sido así durante décadas; desde el punto de vista judío, desde hace siglos. Entonces, ¿qué hay de nuevo?

Por supuesto, Israel hará todas las declaraciones apropiadas y buscará las opciones diplomáticas. Estas no harán ninguna diferencia en la dinámica de la retórica; pero el punto es limitar los efectos materiales.

Esta no es una evaluación pesimista en absoluto. Básicamente, este proceso ha estado ocurriendo desde hace cuarenta años. Continuará, en parte debido a que Occidente ha sido y seguirá siendo conformado con medidas simbólicas puramente anti-israelíes; por lo que puede cosechar algunos beneficios de relaciones públicas sin ningún costo. La calidad de la existencia es más importante que la calidad de la capacidad para justificar la propia existencia de uno mismo.
Dio la casualidad que varios estudios que han sido publicados recientemente se refieren a logros de Israel frente a obstáculos tales como el pequeño tamaño, la falta de recursos, la hostilidad internacional y la guerra librada en su contra por los vecinos.

En su edición del 21 de noviembre de 2012, la Unidad de Inteligencia de The Economist, un respetado grupo de investigación que forma parte de la revista The Economist (que en los últimos años ha sido implacablemente anti-Israel) publicó un estudio "La lotería de la vida: ¿Dónde nacer en 2013?" - sobre los mejores lugares en los que a un bebé le conviene nacer en 2013 y luego continuar viviendo. Israel fue clasificado en el puesto número 20, justo por detrás de Estados Unidos (20, ¡que dicho sea de paso abajo estaba en el puesto número uno en la década de los ochenta!) Y por delante de Italia (21), Francia (26) y Gran Bretaña (27).

En el Informe Mundial sobre la Felicidad, Israel ocupa el décimo cuarto lugar y en salud en el sexto puesto, por delante de Estados Unidos, Alemania, Gran Bretaña y Francia.
Vivir bien, como dice el refrán, es la mejor venganza. Mientras tanto, los vecinos de Israel no son criticados por la ONU - muchos de ellos han sido elegidos en el Consejo de Derechos Humanos a pesar de sus historiales - ; pero se están hundiendo en un mar de violencia, desastres y nuevas dictaduras.

Por lo tanto, ¿cuál es el destino preferible? ¿Ganar las guerras a las que uno fue obligado, desarrollar altos niveles de vida, disfrutar de la vida realmente democrática, o retorcerse bajo la tortura de los dictadores, los terroristas, y las ideologías totalitarias?
El destino de Israel incluye ser calumniado, sus acciones y su sociedad son a menudo distorsionadas por los responsables de transmitir información precisa a sus propios países. Y eso también implica ser atacado ferozmente por sus vecinos; aunque se pueden minimizar los efectos de esa violencia. Al igual que nuestros antepasados, tenemos que hacer frente a esta situación extraña, este maltrato que otros ni siquiera entienden que todavía puede existir.
Pero no podemos dejar que esta excusa sin sentido sobre la realidad nos vuelva locos o nos convierta en locos.

Solamente hay tres formas, que deben ser combinadas, para sobrevivir: pensar las cosas verdaderas, lograr hechos constructivos, y reírse de lo absurdo de la situación.
Para que tales alternativas existan (el mundo hipócrita de ficción y de desinformación que vapulea a Israel o el universo real) es porque han sido ridículamente, facultadas por el comportamiento del mundo y, especialmente, por Occidente.

Pero eso es lo que hay en este período de principios del siglo XXI.

En verdad, como dice el israelí y como la historia de los Acuerdos de Oslo tan vívidamente lo demuestran, "en breira", no hay otra opción. Afortunadamente, la alternativa disponible de la vida real es una buena. Siga adelante, haga lo que sea necesario; reconcíliese con todos los que sea posible, pero no deje que se interpongan en el camino de su supervivencia.
Y, parafraseando a Bob Dylan, el tiempo dirá simplemente quien fracasó y quienes se han quedado atrás. Cuando tu vayas por tu camino y yo por el mío.

Fuente: Auora-Israel

Hasta el día de hoy, no he visto 1 judio, matar a alguien por no creer en YWHW, el Dios de Israel (porque nuestro Señor, y DIOS, es el Dios de Israel, Él se reveló a sí mismo como el DIOS de ISRAEL primeramente, en vista que se son rebeldes, de dura cerviz, e incircunsisos de corazón hasta hoy, es que Él ha pasado a tener misericordia de nosotros), 
Mas TODOS LOS DÍAS, vemos a estos musulmanes radicales, matar gente porque 
- Su mujer no se puso bien el velo
- Su mujer caminando se le vió el tobillo.
- Su mujer la llamaron por teléfono, contestó, no estaba el esposo, la vieron, y "es una adúltera que merece la muerte".
- Porque alguno se convirtió a Cristo.
- Porque su vecino es judio. (Que es tan ridículo, como que alguien te mate por ser Argentino)
...etc.

Y a ESTA GENTE, ¿Les conceden tener UNA NACIÓN?
Definitivamente, TODOS LOS LÍDERES QUE APOYAN ESTO, ESTÁN ENDEMONIADOS.

 Mas así se cumplen las escrituras,

Dios tenga misericordia,
a nosotros, solo nos toca orar por Israel.

DIOS LES BENDIGA.

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