miércoles, 17 de agosto de 2011

Proponen migración a las tarjetas inteligentes (CHIPS) para minimizar fraudes

Técnicos de España, Venezuela y Argentina que fabrican estos plásticos se unen para ofrecer una plataforma adecuada para que Latinoamérica, incluido  nuestro país, pueda estar en línea con los demás países que ya migraron sus parques de tarjetas magnéticas por las tarjetas chip (inteligentes) EMV (Europay, Mastercard, Visa), también conocidas como smart card. Los expertos extranjeros realizaron una presentación el viernes último a los referentes financieros locales sobre los beneficios del nuevo plástico, cuya principal cualidad es la mayor protección que ofrece al usuario en caso de fraudes y que   en algún momento entrará en nuestro mercado, obligado tal vez por el comercio internacional, que requerirá este tipo de tecnología. Las empresas que se unieron en este proyecto son Saetic Soluciones Globales de España, General Plastic Corp (GPC) de Argentina, Card Tech de Venezuela y Plasticard de Paraguay.   

“Estamos para unificar fortalezas con acciones muy firmes. Venimos con la intención de informar sobre todo lo que implica el proceso de migración, queremos plantarnos como una alternativa en el mercado paraguayo, que dada su actividad y crecimiento, en  un futuro cercano va a ser más que necesaria esta migración”, señaló Eduardo Voloschin, de GPC.   

Los expertos explicaron que Europa concentra más del 50% del total de tarjetas inteligentes del mundo (de los 590 millones de tarjetas inteligentes en el mundo, 300 millones están en Europa).   

El Seminario Internacional de Tarjetas Inteligentes se realizó en el Hotel Sheraton de Asunción con la participación de las empresas.   







Dentro de tres años

Por su parte, Jorge Cruz Roa, ejecutivo de Cabal Paraguay, señaló que el proceso de migración de las tarjetas magnéticas a las tarjetas inteligentes está aún un poco distante en nuestro mercado. Además, la inversión comercial va a ser muy grande para cambiar el parque de tarjetas, que supera los 2 millones. Creo que en  tres años recién podemos pensar en una migración a los microchips, señaló Cruz Roa.

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