Israel ha señalado una vez más que se encuentra sopesando un ataque -para el caso en que todo lo demás falle-, para detener el avance del programa de armas nucleares iraní, como un acto de autodefensa preventiva. En estos momentos, más autoridades en Washington y de otras capitales están prestando la debida atención al asunto. La República Islámica de Irán ha advertido en repetidas ocasiones que Teherán tomará represalias contra Estados Unidos si el estado judío atacare. Los Estados Unidos de América deberían tener una política clara y sin ambigüedades sobre cómo respondería si Israel emprende una legítima acción en defensa propia.
Antes de un ataque
Para mitigar las amenazas planteadas por Irán contra la seguridad nacional norteamericana y para proteger sus intereses, Estados Unidos debería:
* Reconocer el derecho de Israel a la autodefensa contra una dictadura islamista hostil que también amenaza los intereses americanos y la estabilidad regional. Washington no debería tratar de obstaculizar a Israel en lo que se refiere a tomar las medidas que éste considere ser necesarias contra una amenaza existencial. Estados Unidos no tiene el poder de garantizar que Israel no será atacado por un Irán nuclear en el futuro y, por ello, no debería traicionar la confianza de un aliado amarrándole las manos en estos momentos. A pesar de que un ataque israelí contra el programa nuclear de Irán implicaría mayores riesgos para los intereses estadounidenses en Medio Oriente, estos riesgos serían eclipsados por las amenazas planteadas por un Irán con armas nucleares. Por otra parte, un Irán nuclear induciría a muchos otros estados de Medio Oriente a buscar sus propias armas nucleares. Esta cascada en la proliferación nuclear incrementaría enormemente los riesgos de un futuro intercambio con armas no convencionales.
* Continuar con el despligue de defensa antimisiles para proteger de ataques de cohetes iraníes a Israel y a otros aliados de Estados Unidos. El Pentágono ya ha desplegado un radar X-Band en Israel como apoyo a los interceptores de defensa antimisiles. Además, Estados Unidos debería hacer los preparativos para desplegar o transferir a Israel el sistema Terminal de Alta Altitud de Defensa de Área (THAAD) y las versiones marinas y terrestres de los interceptores Standard Missile-3. Los buques de guerra Aegis de la Marina de Estados Unidos deberían ser desplegados para proteger a Israel y a otros aliados americanos amenazados con un posible ataque con misiles balísticos iraníes. La administración Obama también debería ofrecer complementar el despliegue con sistemas de defensa antimisiles terrestres o marinos en la región del Gran Golfo Pérsico junto con los miembros del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG), alianza constituída en 1981 por Bahréin, Kuwait, Omán, Qatar, Arabia Saudita y los Emiratos Arabes Unidos para proporcionar una defensa colectiva contra Irán y otras amenazas.
* Incrementar la frecuencia de las maniobras de defensa antimisiles con Israel y otras naciones de la región. Los ejercicios conjuntos de maniobras de defensa antimisilesJuniper Cobra realizadas con Israel en 2009, por ejemplo, contaron con la participación de hasta 2 mil efectivos y unos 17 buques de guerra de la Marina de Estados Unidos, que simularon una defensa conjunta contra un ataque de misiles sobre Israel desde toda dirección plausible. Tales ejercicios proporcionan valiosa experiencia práctica, fundamental para el mantenimiento de un sistema integral de defensa antimisiles eficaz.
*Optimizar la disuasión contra ataques iraníes. Para disuadir a Irán de seguir adelante con sus amenazas de atentar contra objetivos americanos en respuesta a un ataque preventivo israelí, la Administración Obama debería dejar claro a Teherán de antemano que este tipo de ataques convertiría una mala situación en una situación mucho peor para el régimen. Dado que la máxima prioridad de la dictadura islámica es su continuo dominio de Irán, Washington extraoficialmente debería advertir al líder supremo que si el régimen de Ahmadineyad perpetra atentados contra objetivos de Estados Unidos, Washington respondería con ataques devastadores, no sólo contra objetivos militares y nucleares de Irán sino contra líderes e instituciones del régimen que lo mantienen en el poder, en particular los Guardias de la Revolución, los organismos de inteligencia y las fuerzas de seguridad interna.
Daniel
12:1 En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que está de parte de los hijos de tu pueblo; y será tiempo de angustia, cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces; pero en aquel tiempo será libertado tu pueblo, todos los que se hallen escritos en el libro.
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