Aparentemente no era muy grande, y la prensa no quería causar pánico por lo que estaba a punto de suceder; todos estábamos atentos. De repente, llegó "la colisión", no sé cómo pero yo pude ver el choque y lo que chocó no parecía ser muy grande; cuando esto impactó a la tierra, no sentimos ningún temblor, ni tampoco un estallido, ni vimos una columna de nube, eso sucedió en otro lugar de la tierra; entonces la ciudad continúo en su rutina.
Pero automáticamente, después de esto, yo me paré y levanté mi voz y comencé a advertir: -Ahora busquen refugio en “lo alto”, suban a lo alto, ¡ahora!, que ya no queda tiempo.
Vi a las personas subir a los edificios, todos corrían a subir a cualquier lugar alto que encontraban, lastimosamente otros no hacían caso a las advertencias.
Y, mientras yo avisaba, no me dí cuenta que también yo tenía que buscar refugio en algún lugar alto, pero ya era muy tarde pues “esto” ya estaba a punto de llegar.
Mire detrás mío y vi las ruinas de lo que alguna vez fue una pequeña autopista, solo quedaba la estructura de hormigón armado, vi que las personas subían y se sujetaban fuertemente de las vigas de concreto, y subí con ellos pues era el lugar alto más próximo que había.
De un minuto a otro, todos callaron, al punto de que no se emitía ni un solo sonido, cundió el terror total de repente, nadie se movía de sus lugares, no entendía porqué pero yo también tenía un miedo atroz.
Y, mientras yo avisaba, no me dí cuenta que también yo tenía que buscar refugio en algún lugar alto, pero ya era muy tarde pues “esto” ya estaba a punto de llegar.
Mire detrás mío y vi las ruinas de lo que alguna vez fue una pequeña autopista, solo quedaba la estructura de hormigón armado, vi que las personas subían y se sujetaban fuertemente de las vigas de concreto, y subí con ellos pues era el lugar alto más próximo que había.
De un minuto a otro, todos callaron, al punto de que no se emitía ni un solo sonido, cundió el terror total de repente, nadie se movía de sus lugares, no entendía porqué pero yo también tenía un miedo atroz.
Nuestro temor era de que “estos” nos vieran, porque al más mínimo descuido nos descubrirían y sabíamos destrozarían a todo aquel que encontraban.
Tuve tanto miedo de que me agarraran. De repente, llegaron a pasar debajo del viaducto, y nosotros hicimos el máximo silencio. Los vi pasar bajo el viaducto, eran humanos gigantes, de unos tres a cuatro metros de altura, por eso se veían deformados, pude mirar a uno en particular, era como si lo vi por medio de un telescopio (zoom), y su mirada no era humana, era siniestra, un demonio con forma humana, sentí su odio y el hambre de matar y descuartizar a las personas, sí, querían hacer el mayor daño posible a las personas.
Tuve tanto miedo de que me agarraran. De repente, llegaron a pasar debajo del viaducto, y nosotros hicimos el máximo silencio. Los vi pasar bajo el viaducto, eran humanos gigantes, de unos tres a cuatro metros de altura, por eso se veían deformados, pude mirar a uno en particular, era como si lo vi por medio de un telescopio (zoom), y su mirada no era humana, era siniestra, un demonio con forma humana, sentí su odio y el hambre de matar y descuartizar a las personas, sí, querían hacer el mayor daño posible a las personas.
Después vi cómo los que quedaron abajo, los que no escucharon las advertencias que yo daba, los que ignoraban lo que había detrás de estos “seres” fueron las primeras victimas. Hermanos en Cristo, vi como desmembraron a los que agarraron, deformaron sus rostros, una carnicería, fue horrible, jamás vi algo parecido ni en las películas.
Mientras esto sucedía agua comenzó a subir, no sé de donde venía pero subía; eran aguas turbias, muy contaminadas, no sé si con radiación atómica o químicos, pero era mortal.
Yo estaba en ese lugar “aparentemente” seguro, pues no nos podían ver. Pero aún así el terror que sentía me impulsaba a la desesperación, quería huir de allí, no quería estar allí, pero tampoco podía ir a otro lugar.
Mientras esto sucedía agua comenzó a subir, no sé de donde venía pero subía; eran aguas turbias, muy contaminadas, no sé si con radiación atómica o químicos, pero era mortal.
Yo estaba en ese lugar “aparentemente” seguro, pues no nos podían ver. Pero aún así el terror que sentía me impulsaba a la desesperación, quería huir de allí, no quería estar allí, pero tampoco podía ir a otro lugar.
No sé precisamente a qué se refiera este sueño, si es metafórico, o es literal. Creo que “gigantes”, serán desatados sobre la tierra, “hombres fuertes” espirituales que vienen a buscar almas, impactarán a la tierra. El impacto de este asteroide tal vez se refiera a la caída de las peores potestades satánicas del segundo cielo a la tierra, o tal vez como habla el libro de Apocalipsis, y de la bestia que tenía potestad de “hacer guerra a los santos y vencerlos”. El agua turbia podría representar la contaminación total de las doctrinas cristianas, tanto que pueden hacerse “mortales”, el engaño a los escogidos será más real que nunca. Y el enemigo buscando a quién devorar, literalmente “devorará” a quienes encuentren. Muchos caerán engañados en manos de los emisarios del anticristo, por no haber escuchado, por necios.
Esto seres reaccionaban antes “el más mínimo ruido”, porque es así hermanos, en este tiempo no nos podemos dar el lujo de coquetear con el mundo, de poner un pie en la iglesia y otro fuera, de tener una doble vida, o tan solo guardar rencor, amargura o afanarnos con el mundo. Ante el más mínimo descuido Satanás no perderá la ocasión… por eso “no le den lugar al diablo”, ni el más mínimo.
Pero los que están en “los lugares altos” estaremos protegidos, a pesar del temor por las cosas que veremos o verán (no sé si esto es antes o después del rapto o ya está sucediendo, no lo sé), por eso, los que no escucharon los avisos, perecerán en manos del enemigo. Los que hicieron oídos sordos, los burladores, los incrédulos, los que no buscaron respuestas en Dios en cuanto a las profecías, todos ellos serán engañados para siempre.
Y, los refugios altos ya sabemos a que se refiere:
Salmos 18:2
Jehová, roca mía y castillo mío, y mi libertador; Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré; Mi escudo, y la fuerza de mi salvación, mi alto refugio
Salmos 144:7
Envía tu mano desde lo alto; Redímeme, y sácame de las muchas aguas, De la mano de los hombres extraños,
Salmo 121
Alzaré mis ojos a los montes;
¿De dónde vendrá mi socorro?
Mi socorro viene de Jehová,
Que hizo los cielos y la tierra.
Ariel Cabrera
Esto seres reaccionaban antes “el más mínimo ruido”, porque es así hermanos, en este tiempo no nos podemos dar el lujo de coquetear con el mundo, de poner un pie en la iglesia y otro fuera, de tener una doble vida, o tan solo guardar rencor, amargura o afanarnos con el mundo. Ante el más mínimo descuido Satanás no perderá la ocasión… por eso “no le den lugar al diablo”, ni el más mínimo.
Pero los que están en “los lugares altos” estaremos protegidos, a pesar del temor por las cosas que veremos o verán (no sé si esto es antes o después del rapto o ya está sucediendo, no lo sé), por eso, los que no escucharon los avisos, perecerán en manos del enemigo. Los que hicieron oídos sordos, los burladores, los incrédulos, los que no buscaron respuestas en Dios en cuanto a las profecías, todos ellos serán engañados para siempre.
Y, los refugios altos ya sabemos a que se refiere:
Salmos 18:2
Jehová, roca mía y castillo mío, y mi libertador; Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré; Mi escudo, y la fuerza de mi salvación, mi alto refugio
Salmos 144:7
Envía tu mano desde lo alto; Redímeme, y sácame de las muchas aguas, De la mano de los hombres extraños,
Salmo 121
Alzaré mis ojos a los montes;
¿De dónde vendrá mi socorro?
Mi socorro viene de Jehová,
Que hizo los cielos y la tierra.
Ariel Cabrera
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