¿Están aumentando las medusas por la acción del hombre? ¿Acabarán dominando los ecosistemas marinos, como sugieren algunos ecólogos? Un grupo de grandes expertos en estos organismos marinos, reunidos en Madrid, ponen en cuarenta esas descripciones apocalípticas en las que se habla de que los mares futuros estarán inundados de seres gelatinosos y afirman que hacen falta más datos para poder asegurar que las medusas estén aumentando debido al deterioro marino.
Esta es una de las conclusiones de la jornada 'El papel global de las medusas y su aumento en el océano' organizada por la Fundación BBVA y celebrada esta semana en Madrid. El encuentro científico estuvo coordinado por Carlos Duarte (Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados, UIB-CSIC) y es el VI Debate sobre Biología de la Conservación organizado por la Fundación BBVA. Los ponentes proceden de seis instituciones de Europa, Australia, Estados Unidos y Asia y son investigadores en un proyecto internacional para determinar si realmente están aumentando las proliferaciones de medusas en el mundo y cuáles son las causas y consecuencias de estas proliferaciones.
Todos ellos, insisten en que hace falta investigar más. "En realidad, es más lo que ignoramos de las medusas que lo que sabemos de ellas" afirma Carlos Duarte, quien asegura que en todo el mundo no habrá más de 100 oceanógrafos especializados en el estudio de este tipo de organismos. A pesar del impacto social y económico que tienen estos organismos, cuya presencia en la costa nunca pasa inadvertida para el público, las instituciones no han destinado tradicionalmente esfuerzos especiales a su estudio. Y la propia comunidad científica se ha centrado más en otro tipo de seres marinos, quizá más espectaculares, y ha dejado de lado a las 'discretas' medusas, reflexiona Duarte.
Para intentar llenar ese vacío, se ha puesto en marcha una iniciativa internacional en la que participan los científicos reunidos en Madrid que es la creación de la base de datos JEDI (Jellyfish Database Initiative), que aúna toda la información disponible en el planeta sobre proliferaciones de medusas. JEDI, que cuenta ya con 530.000 entradas, estará disponible dentro de seis meses.
Poblaciones con ciclos largos y complejos
"No tenemos series temporales de datos lo bastante largas, de varias décadas, y sabemos que puede haber variaciones muy drásticas en las proliferaciones de medusas de un año a otro. Además, sabemos muy poco de las poblaciones de medusas en aguas profundas, que representan el 70% del océano", afirma Rob Condon, de la Universidad de Alabama (EEUU).
De hecho, como explica Carlos Duarte, las poblaciones de medusas tienen unos ciclos vitales largos y complejos. En zonas estudiadas desde antiguo se ha visto cómo las poblaciones de medusas 'explotaban' durante varios años para luego regresar al volumen inicial. "Corremos el peligro de identificar uno de los picos máximos de población que forma parte de un ciclo largo como si fuera una proliferación de medusas extraordinaria y sin explicación", afirma Duarte, para defender la necesidad de realizar estudios a largo plazo.
Medusa gigante de la especie 'Nemopilema nomurai'. | F. BBVA
"En realidad sabemos aún muy poco de estos organismos", dijo Larry Madin, director de investigación del Woods Hole Oceanographic Institution (WHOI), en Massachusetts (EEUU). "Se conocen unas dos mil especies de medusas, y sólo unos cientos de otros tipos de organismos gelatinosos. Pero hay muchas más. Son muy complicados de estudiar porque las redes los destruyen, y de algunos sifonóforos, ctenóforos y tunicados no tenemos más que unas fotos. No sabemos qué comen ni cómo capturan a sus presas".
De hecho, asegura Duarte, de muchas especies no conocemos siquiera dónde se reproducen. Las medusas tienen un ciclo reproductivo compuesto de varias fases. Una de ellas es la fase de pólipo, en la que una estructura inmóvil fijada a un fondo o a un objeto, va produciendo pequeñas medusas que lanza al agua. Para hacerse una idea de las lagunas del conocimiento que existen sobre las medusas, Duarte comenta que la comunidad científica aún no sabe dónde nacen unas medusas tan grandes y que tanto impacto causan con sus grandes proliferaciones recientes como la medusa gigante del mar de Japón ('Nemopilema nomurai').
"Nadie ha observado todavía los pólipos en el medio marino", comenta Duarte que bromea al referirse al centenar escaso de oceanógrafos mundiales que estudian medusas como "100 mosqueteros" o un grupo de "caballeros Jedi" que ahora quieren poner ese saber en común mediante la base de datos JEDI.
Algunos de esos caballeros Jedi llevan a cabo exploraciones espectaculares para estudiarlas. Es el caso de Larry Madin, que fue el primero en estudiarlas buceando en mar abierto. Para ello, un grupo de buzos se deja arrastrar por un barco, enlazados a él por cables, y van recogiendo las medusas que encuentran usando recipientes, como quien caza mariposas en el mar. Hay que tener en cuenta que son tan delicadas que otros métodos más bruscos como las redes de pesca no sirven para ello.
"Son seres fascinantes y desconocidos, pueden medir milímetros o ser tan grandes como un autobús; algunos son en realidad colonias de muchos organismos diminutos
Tenemos aún mucho que estudiar», dice Madin, quien recuerda que en sus buceos sólo exploran los 40 primeros metros de mar abierto. Hasta la fecha, el hombre conoce 2.000 especies de medusas, pero se cree que el número de las que están por descubrir es mucho mayor.
Tienen su función en el ecosistema
Los investigadores insistieron también en la necesidad de no demonizar a las medusas. "Son parte del ecosistema marino y han estado ahí durante más de 500 millones de años. Son un organismo muy antiguo y muy eficiente para aprovechar sus recursos", afirma Duarte, quien insiste en recordar que las funciones que cumplen las medusas en los océanos son complejas y de gran alcance. No sólo son el alimento de muchas otras especies, sino que además participan de forma muy importante en el ciclo de recursos del mar como el del carbono. Las medusas capturan carbono del agua y de la atmósfera y consiguen que este nutriente se ponga a disposición del resto de seres marinos, incluidos los del fondo. Dada su abundancia y número son como "un motor" del ciclo de materiales y del intercambio entre el mar, la atmósfera y la tierra, dice Duarte.
Y por último hay que tener en cuenta que su curiososa vida e historia evolutiva ha dotado a las medusas de recursos que son útiles para el hombre. Gracias al estudio de las medusas la medicina entendió y descubrió el modo de enfrentarse a los choques anafilácticos. Y de las medusas fluorescentes se han extraído las proteínas lumínicas que hoy en día se emplean en multitud de campos médicos. "Su potencial para la investigación es enorme", dice, Duarte. "Son tan interesantes, de hecho, que por cada biólogo que se dedica a estudiar las medusas en su hábitat hay 20 investigadores dedicados e encontrarles aplicaciones de biomedicina y biotecnología".
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