Hermanos:
Ayer en la mañana (29-09-2011), una compañera de trabajo me contaba lo que ella está viviendo en su congregación, y los testimonios que ha recogido de otras hermanas y hermanos de otras congregaciones. Me hacía preguntas sobre qué está pasando en las iglesias. Y como es natural, yo comencé a responderle, a aconsejarle y a ministrarle. Ella comentó: “Es tremendo lo que va a venir. Es terrible el juicio de Dios para Chile”
“No, hermana –le dije- estamos recién en los principios de dolores de parto. Lo que se ha profetizado para Chile, no es juicio de Dios para el país”... -“¿Cómo entonces?”- me preguntó sorprendida.
Cuando dijo esto último, vino a mí una visión de Dios, que se la fui relatando inmediatamente a medida que la veía y escuchaba lo que se me decía:
“No, hermana –le dije- estamos recién en los principios de dolores de parto. Lo que se ha profetizado para Chile, no es juicio de Dios para el país”... -“¿Cómo entonces?”- me preguntó sorprendida.
Cuando dijo esto último, vino a mí una visión de Dios, que se la fui relatando inmediatamente a medida que la veía y escuchaba lo que se me decía:
“Es juicio de Dios para la Iglesia Evangélica de Chile, no es para Chile...
...La iglesia está llena de pecado de arrogancia, de vanagloria, de indolencia, de falsa humildad, de teatral espiritualidad; de pastores, obispos y líderes que están preocupados de llenar sus arcas con dinero que lo usan para levantar grandes y adornadas construcciones donde dicen me adoran, lo mal gastan en viajes, programas de radio y televisión, donde obtienen fama y prestigio para ellos mismos.
...La iglesia está llena de pecado de arrogancia, de vanagloria, de indolencia, de falsa humildad, de teatral espiritualidad; de pastores, obispos y líderes que están preocupados de llenar sus arcas con dinero que lo usan para levantar grandes y adornadas construcciones donde dicen me adoran, lo mal gastan en viajes, programas de radio y televisión, donde obtienen fama y prestigio para ellos mismos.
Se han olvidado del huérfano, de la viuda, de los necesitados; ya no envían misioneros, mal gastan ·mi dinero· en comprar instrumentos, en adornos para sus templos y en cosas superfluas, sin valor”.
Mientras iba hablando, cada cosa que decía, en imágenes me las iba mostrando; y continuó:
Mientras iba hablando, cada cosa que decía, en imágenes me las iba mostrando; y continuó:
“Los mal llamados ‘líderes’ están preocupados de luchar por lograr leyes que protejan la moralidad cristiana, leyes que defiendan los principios bíblicos. Hablan en defensa del matrimonio entre un hombre y una mujer, en defensa de la familia y de la igualdad, mientras entre ellos hay fornicación, adulterio, violaciones, separaciones matrimoniales, abandono de hijos. Están preocupados de impedir que se dicten leyes a favor del matrimonio homosexual, a favor de la no discriminación, a favor del aborto terapéutico, pero no hacen nada para impedir que esas personas sigan pecando. Podrán impedir la promulgación de esas leyes, pero el pecado seguirá igual.
Yo amo a todas las personas, amo a los homosexuales, a las lesbianas, a las prostitutas, a los prostitutos, al ladrón, al sinvergüenza, al mentiroso, pero no tolero el pecado que hay en ellos. No es con leyes del hombre que se detiene el pecado, es predicando Mi Palabra. Es llamando al arrepentimiento, a dejar la vida de pecado, a aceptar a Mi Hijo Jesucristo como su Señor, porque en Él les doy vida nueva".
Yo amo a todas las personas, amo a los homosexuales, a las lesbianas, a las prostitutas, a los prostitutos, al ladrón, al sinvergüenza, al mentiroso, pero no tolero el pecado que hay en ellos. No es con leyes del hombre que se detiene el pecado, es predicando Mi Palabra. Es llamando al arrepentimiento, a dejar la vida de pecado, a aceptar a Mi Hijo Jesucristo como su Señor, porque en Él les doy vida nueva".
Y volvía a repetir:
“Mi juicio no es contra Chile, es contra la iglesia cristiana, contra todas las que usan Mi Palabra, católicos, evangélicos y protestantes que hay en Chile".
Vi cómo se sacaba a todos los cristianos de todas las iglesias evangélicas y protestantes de nuestro territorio y las dejaban en una isla en el mar. Vi mi largo país como si estuviera más despejado que nunca, y vi que en él había temblores y fuertes lluvias, mientras me decía:
“El castigo para Chile no será tan grande sin la iglesia evangélica en él, pero como está iglesia (me indicaba la isla) está en el país (me hacía un gesto recorriendo con la mano, todo el territorio nacional de norte a sur), Chile será duramente castigado. Mi juicio es a la iglesia, por el pecado que hay en ella, porque no se arrepiente, porque está haciendo la voluntad de hombres que han puesto sus ordenanzas por sobre mi Ley, por sobre mi Palabra. No me están escuchando. Se oyen a sí mismos sobre lo que ellos interpretan de MI PALABRA, haciendo ·creer· a mis hijos que yo les hablo, cuando son ellos los que imponen sus doctrinas por sobre mi Ley, mis mandamientos y mis enseñanzas”.
“Mi juicio no es contra Chile, es contra la iglesia cristiana, contra todas las que usan Mi Palabra, católicos, evangélicos y protestantes que hay en Chile".
Vi cómo se sacaba a todos los cristianos de todas las iglesias evangélicas y protestantes de nuestro territorio y las dejaban en una isla en el mar. Vi mi largo país como si estuviera más despejado que nunca, y vi que en él había temblores y fuertes lluvias, mientras me decía:
“El castigo para Chile no será tan grande sin la iglesia evangélica en él, pero como está iglesia (me indicaba la isla) está en el país (me hacía un gesto recorriendo con la mano, todo el territorio nacional de norte a sur), Chile será duramente castigado. Mi juicio es a la iglesia, por el pecado que hay en ella, porque no se arrepiente, porque está haciendo la voluntad de hombres que han puesto sus ordenanzas por sobre mi Ley, por sobre mi Palabra. No me están escuchando. Se oyen a sí mismos sobre lo que ellos interpretan de MI PALABRA, haciendo ·creer· a mis hijos que yo les hablo, cuando son ellos los que imponen sus doctrinas por sobre mi Ley, mis mandamientos y mis enseñanzas”.
Y terminó diciendo y mostrándome: “Les estoy advirtiendo, y no me escuchan. Les estoy mostrando los juicios que vendrán por sus pecados, pero ellos apuntan a otros como culpables, justificándose a sí mismos con altanera santidad; y siguen haciéndose los sordos”.
Mi compañera de trabajo, y hermana en la fe, tenía sus ojos llenos de lágrimas, los míos estaban casi igual, cuando Dios me la muestra a ella y me veo a mí mismo, ambos en distintos lugares, orando; y me dice:
“Sigan orando y perseverando, estén vigilantes y atentos, no dejen de mirar a Israel y orar por la paz de Jerusalem”
Las obligaciones laborales nos impidieron comentar lo recibido. Durante el día me preguntaba por qué vendría un juicio más fuerte a la iglesia, si el pecado que hay en ella es el mismo que hay afuera. Hoy, mientras oraba, Dios me responde:
“Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios; y si primero comienza por nosotros, ¿cuál será el fin de aquellos que no obedecen al evangelio de Dios?Y:Si el justo con dificultad se salva,¿En dónde aparecerá el impío y el pecador? De modo que los que padecen según la voluntad de Dios, encomienden sus almas al fiel Creador, y hagan el bien.”
1ª Pedro 4:17-18
Vuestro hermano
Juan Carlos
Fuente:
http://www.rugeelleondelatribudejuda.com/5/post/2011/10/como-est-la-iglesia-est-el-pas-chile-visin-de-juan-carlos.html
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