sábado, 3 de marzo de 2012

Una guerra contra Irán destruiría el sistema financiero mundial

Una guerra de los países occidentales contra Irán significaría el colapso total del sistema financiero mundial, presagian los analistas.
Irán, detonador de la economía global

La convulsión mundial que surgiría por una guerra contra Irán se daría por la emisión adicional de dinero que tarde o temprano se infiltra en los mercados generando especulación, dice el economista ruso Mijaíl Jasin.

En este caso surgirán varios problemas: por ejemplo, el aumento de los precios del petróleo provocará un incremento de los costes en el sector real, lo que tendrá consecuencias negativas en la economía global, afirma el analista.

Irán realmente importa mucho en el sistema financiero mundial y a la esfera de evaluaciones de riesgos.

"Es por esta razón que la Unión Europea y el Banco Central Europeo tratan tan desesperadamente de evitar que Grecia se declare en la insolvencia: en este caso es necesario cumplir con las obligaciones financieras que puede golpear el ya débil sistema de seguros. Pero aún más grave será el golpe al sistema financiero mundial si comienza la guerra contra Irán", afirmó Jasin.

¿Por qué EE. UU. todavía no ha atacado a Irán?

Las compañías de seguros son conscientes de que no pueden garantizar el pago de todos los posibles riesgos, porque no disponen de recursos. Pero pueden aumentar drásticamente sus primas de seguros en caso de una dura evolución de los acontecimientos, como una guerra. Hoy en día no les permiten a hacerlo porque equivaldría a la caída de todo el sistema, pero todo es posible, dice el experto.

"Creo que hoy en día esa es la razón principal que impide a EE. UU. atacar a Irán. La opinión de la ONU hace tiempo que ya no le importa pues los estadunidenses han cumulado suficientes fuerzas alrededor del Golfo Pérsico, pero ¿qué hacer con el sistema financiero? No queda muy claro", dijo Mijaíl Jasin.

Y aquí entra en juego la Reserva Federal (Fed) que puede ordenar la emisión adicional de dólares. Pero esta operación debe ser el último recurso y la decisión probablemente sea tomada por políticos y no financieros.

Según el experto ruso, el dinero recién impreso se puede dirigir al pago de los incumplimientos e indemnizaciones de seguros. "Y lo más importante sería mantener por algún tiempo de la estabilidad (aunque relativa) del sistema financiero", afirmó. De otro modo la catástrofe económica es inevitable.

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