lunes, 25 de febrero de 2013

“Buscando a los perdidos”, Hna. Charo G.




Amada hermanita preciosa sierva del Señor:


Quiero compartirle un precioso sueño de esta mañana; antes quiero decirle que mi llamado es claro desde el inicio: “buscar a los perdidos”; en este ministerio por la gracia soberana de nuestro Padre misericordioso y amoroso, y su soberana decisión al tercer año de mi conversión me envió de misiones, y así una y otra vez con demostración de su poder en su amada Iglesia;  a trece años de ser su hija me encuentro enseñando evangelismo personal en mi congregación en la cual sirvo con mucho temor y temblor; muchas veces quise renunciar creyendo no ser digna de este ministerio por ser mujer u otras sin importancia, pero cuanto más el Señor me ratificó pues llevo en mi corazón los anhelos profundo de su gran amor a los perdidos.

Acostumbro pasar videos de sensibilización como motivando a ir en pos de los perdidos, ayer domingo vimos la lucha interna de Jhon Wesley y su trayectoria innovadora para sus tiempos de ir en busca de los perdidos predicando el evangelio por pueblos y lugares abiertos al punto que nos queda una expresión conocida “El mundo es mi parroquia”, nos dolió saber que de la multitud de cristianos que somos, solo el 2% se dedica a ésta búsqueda; por eso la razón del curso que dicto y que solo hace dos años empezó en mi congregación.

Mi abuela me enseñó desde niña  que nos es necesario impregnarnos del sacrificio de Cristo al punto que sintamos su dolor por los perdidos, ella me decía: “Los  sufrimientos físicos de Cristo no son  nada comparados con su sufrimiento por los perdidos; así que si comprendes esto  jamás lo negarás y siempre compartirás de su amor”

En este mes que llevamos ya cuatro clases de Evangelismo Personal empezaron a disminuir los alumnos, aunque a cada clase llegan uno o dos nuevos; ayer mi alma desmayó pues ya fue más notoria la ausencia de varios hermanos; así que orando empecé a cuestionarme si tal vez había algo que yo no estuviera haciendo bien, mientras mi sufrimiento aumentaba y el dolor me tomó por presa me preguntaba si acaso no sería que a muchos no les  fuera urgente ni necesario buscar a los perdidos, la clase anterior habíamos llorado por ellos pues su Espíritu Santo nos ministró en plena sesión de clases; y ayer domingo el dolor no me dejó, me debilité por la pena hasta quedarme dormida para luego despertar y retornar a la Iglesia ya por la noche, pero mi estado había empeorado… mi corazón estaba agonizando, le pedí perdón a Dios por las cargas del día y me dormí, diciéndole:
“Padre, si algo no estoy enseñando bien, o hay algo que debo plantar en el corazónn de tus hijos por favor muestrámelo, mañana volveré a agarrar las escrituras y estudiaré a profundidad el sacrificio de la cruz, perdóname mi Señor y dame paz en mi sueño”.
Hoy lunes 18 de febrero, a las 5 a.m. soñé que  caminado por un pueblo desconocido perdí a mi hijo muy  amado, esperé un poco creyendo que volvería a mí pero no, las horas pasaban y mi  ser empezó a desfallecer, comencé a llorar y clamar al cielo, fui en su búsqueda con tanto dolor que pregunté a cuantas personas pude si lo habían visto, nadie me daba razón, seguí buscándolo  y mis sufrimiento aumentaba cada vez, llegué a pasar un puente colgante en medio de un abismo muy profundo, no tenía la baranda que daba al abismo y me pegaba hacía la pared de la montaña, apareció a mi lado una niña y me daba fuerzas  y ánimo con mucho amor y bondad; en mi mente había desesperación por encontrar a mi hijo, salía por los caminos, por los pueblos con un dolor y sufrimiento intensos; pensaba en mi corazón de mi gozo inmenso al abrazarlo cuando lo encontraría, pero pronto ese pensamiento, ese anhelo en medio de mi sufrimiento se tornó en una visión, mi hijo había sido hallado y lo estreché en mis brazos con un amor indescriptible que las madre ya conocemos, lo llene de besos y fue ene se instante que vi que no era yo la que tenía a mi hijo en brazos sino el Padre que lo estrechaba con una fuerza y amor que no se puede definir, acariciaba su cabeza y lo besaba y al mismo tiempo me dijo: “Rosario así es mi amor por los perdidos”…y desperté.

Al escribir estas líneas mi corazón llora por mis ojos, y quiero decirles amados hermanos, muy amados siervos rescatados con su cruel sacrificio, su muerte en la cruz cruel y grande como ninguna en la tierra, que no escatimó sufrir todo lo que sufrió desde que nació, pasando por los los sufrimientos  de su ministerio.

AMADOS HERMANOS: “Porque de tal manera amó Dios al  mundo que dió a su Hijo unigénito para que todo aquel que en él cree no se pierda más tenga vida  eterna”( Juan 3:16)…Amados, ¿Cómo estaba el corazón de Dios cuando vio que Adán y Eva quedaron separados de él?… ¿ Cómo sufre nuestro corazón cuando nuestros hijos están separados de nosotros, sea por razones  de estudio o lo que fuere?… No es que nuestro corazón desmaya pensando si estarán bien o no?… Acaso siendo humanos no sufrimos por los hijos?… Pienso que el Padre celestial ha sufrido los sufrimientos de un padre cuando ve que sus hijos están tan lejanos de  su amor, de su misericordia, de su sanidad. por eso no dudó en dar la vida de su Hijo, y el Hijo no dudó en dar su vida por la humanidad.

Una multitud de personas hay hoy en día que necesitan su amor, ser estrechados en sus brazos, ser besados, y acariciados, sentirse seguros en los brazos del Padre; seamos de aquellos que sienten su dolor, su separación, su vacío y llevémosle  a los brazos del Padre.


Sana amado hermano, sana amada hermana, sana en su brazos de amor y sé feliz y vive segura que  nos ama al punto que menospreció su vida hasta la muerte y muerte de cruz. ¡¡AMEN¡¡


Tomado de: ElRegresa.net

2 Timoteo
4:1 Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino,
4:2 que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina.
...

4:5 Pero tú sé sobrio en todo, soporta las aflicciones, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio.
 


Colosenses 4:17 Decid a Arquipo: Mira que cumplas el ministerio que recibiste en el Señor.

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